Hace poco me volví a cruzar con esta genial serie, decidí despedir el año viéndola una vez más y comentarles que tal me pareció la enorme y delirante...LOVE HINA.
Basada en el manga de Ken Akamatsu, con 14 volúmenes publicados entre el año 1998 y 2001 por la revista Shukan Shonen Magazine mezcla por partes iguales la comedia, el romance Harem y episodios de la vida real con algunos toques sobrenaturales. El anime en cuestión fue estrenado en Latinoamérica por los años 2000, cuenta con 25 episodios, un especial de Navidad, un especial de primavera y en el 2002 una miniserie de 3 OVAs llamada Love Hina Again, que cierra la historia del Anime.
La historia sigue a un tal Keitaro Urashima el cual trata de cumplir la promesa de entrar a la Universidad de Tokio que le hizo a una niña, aunque el problema es que no recuerda ni el rostro ni el nombre de la pequeña niña. Keitaro es un perdedor, después de tres veces de reprobar en ingreso sus padres lo echan de casa teniendo que ir a refugiarse al hotel de su abuela, lugar en donde dicha promesa fue pactada, pero ese lugar fue transformado en una residencia de señoritas que necesitan vivir cerca de Tokio. Cuando el se muda, automáticamente se transforma en el administrador de la residencia mientras su abuela se va a recorrer el mundo. Las chicas de la residencia poseen personalidades e historias muy distintas las cuales veremos desarrollarse a lo largo de la serie.
Los problemas domésticos de la residencia, el pasado de Keitaro, el presente de algunas chicas, la tecnología, la magia, el honor, la amistad y la familia se mezclan y exageran hasta llevarlos al limite de la ridiculez. Si bien la historia principal sigue las aventuras de Keitaro y su romance con Naru Narusegawa, el protagonismo suele variar entre los distintos residentes de manera que veremos sus sentires y pensares, la tristeza no esta exenta de esta historia pero es tratada de una manera optimista, recurrentemente los problemas personales de las chicas se ven reflejados en Keitaro que es golpeado aunque al final les da animo y sabiduría a su manera.
Si dejas a un lado la ridiculez de los problemas que enfrentan te queda una serie ligera que tiene ciertas pinceladas de profundidad y caos, una historia principal repleta de altibajos con personajes muy (pero muy) bien desarrollados que nos dejan ver sus pasados y presentes de manera coherente (coherente no es una palabra que se me ocurra cuando pienso en Love Hina), sus conflictos internos que los torturan y condicionan su accionar a lo largo de la serie. La animación es más que decente para los estándares actuales con colores que despiertan la sensación de calidez constantemente, pasando por distintos tipos dependiendo del capitulo o la situación.
La música esta usada de manera magistral (mejor que en Escuadrón Suicida seguro) con temas que se usan dependiendo de la situación y que en muchas ocasiones anticipan o nos predisponen para algún momento en particular, además de algunos temas propios para algunos personajes o parejas, que hacen de los momentos muchos mas profundos o cómicos, sirviendo como parte del contexto de las escenas.
En resumen es una comedia muy ridícula que te sacara más de una sonrisa, pero con una historia central que avanza sin prisa pero sin pausa a lo largo de la serie, que es digna de ser recordada y te invita a saber que es lo que pasa con el perdedor de Keitaro Urashima, su promesa de entrar a la Universidad de Tokio y quien es la misteriosa chica a la que le hizo esa promesa. Con conmovedoras historias de fondo que analizadas en segunda vista se aprecian mucho mejor dejando de lado los tintes místicos y ridículos, son problemas reales que hacen sencillo identificarse con los protagonistas y su pesares. Esta serie es una comedia histriónica que la juega de infantil, que se burla de otros animes pero que cuando la comienzas a analizar encuentras contenido que cimienta a esta historia.
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